Los catalanes le ganaron 1 a 0 al Villarreal con gol de Gerard Piqué. El equipo de Guardiola le sacó ocho puntos de ventaja al Real Madrid, que cayó con el Sporting de Gijón
El Barcelona no desaprovechó el traspié del Real Madrid y obtuvo una meritoria victoria a domicilio ante el Villarreal, uno de los estadios más complicados que le quedaba por visitar en la recta final de la Liga.
El Villarreal pagó muy caro no aprovechar tres clarísimas ocasiones de gol, que siempre encontraron la respuesta de un Víctor Valdés soberbio.
Sin Xavi ni Messi en el campo, el Barça no perdió su personalidad pero sí su claridad ofensiva. El conjunto catalán se hizo con el balón desde el primer minuto, con el joven Thiago como director de orquesta, ante un Villarreal que optó por el contragolpe como principal argumento ofensivo.
El Barcelona llevaba el peso del partido pero fue el equipo castellonense el que más cerca tuvo el gol gracias a la conexión entre Santi Cazorla y Giuseppe Rossi. En dos ocasiones el español le dio dos magníficas asistencias al italiano, que se encontró a un Valdés mayúsculo.
Tras estos dos sustos en el primer cuarto de hora, el conjunto de Pep Guardiola elevó su presión en la salida local y no pasó por tantos apuros en defensa. Pero en ataque, el Barça echó en falta la clarividencia de Xavi en el último pase y la verticalidad de Messi, ya que Villa, que actuó en la posición del argentino, se encontró muy desasistido en todo momento.
Ante esta tesitura, Guardiola decidió poner a Messi en los primeros minutos del complemento y retrasar a Iniesta para ayudar en labores creativas. El técnico acertó de pleno. La zaga local comenzó a pasar apuros ante la movilidad del Barcelona en los metros finales.
Sin embargo, el gol llegó tras un saque de esquina que aprovechó Piqué. A partir de ahí, el partido siguió el guión que tantas veces ha escrito el Barcelona: dormir el encuentro con posesiones interminables y agotando a un rival impotente.
La entrada al campo de Nilmar y Cani no dio el dinamismo ofensivo que buscó Juan Carlos Garrido porque su equipo casi nunca tuvo el balón. El Villarreal buscó a la desesperada en los instantes finales empatar y tuvo la ocasión en el pie de Cazorla, que agarró una volea en el área que de nuevo encontró la respuesta de Valdés cuando El Madrigal cantaba el gol.
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